jueves, 31 de julio de 2008

sábado, 19 de julio de 2008



Empiezo a escribir hoy, a 10 días de nuestro viaje a Taxco, nuestro tercer viaje, bueno en realidad han sido 5, pero cuento solo los que hemos realizado por decisión propia.


Como sea, el punto esta en que necesito escribir de nuestro viaje a Real antes de ir a Taxco, me preocupa no recordar este viaje igual, después de ver el pueblito sacado de un cuento.


Como siempre, a Real viajamos de noche, lo mejor de este viaje sin dudarlo fue el trayecto, donde a demás de nuestras platicas interesantes, profundas y que creo nos hicieron conocernos mejor, el camino empedrado que hay que tomar para llegar al túnel...fue sorprendente, hermoso y creo que irrepetible..


Al tomar el camino empedrado, parecía un camino igual a cualquier otro, pero..al mirar el cielo quedamos hipnotizados... estaba repleto de estrellas, estaba tan lleno! que casi no quedaban espacios oscuros, no he visto cielo igual, me sentí diminuta ante esa inmensidad, la vía láctea blanca, brillante, perfecta, marcaba el camino hasta el túnel..eran casi las 3 y paramos a la orilla del camino, nos bajamos del carro medio temerosos pero todo era perfecto... hasta que algo que aun no sabemos que era, venia rápidamente hacia donde estábamos y corrimos al carro... me dio tanto miedo y tanta risa, luego a petición mía paramos en medio del camino sin bajarnos del carro, y después de eso llegar hasta el túnel se nos hizo eterno.


Al fin llegamos y empezamos a buscar por las calles vacías, oscuras y parecidas a las de un cuento de terror nuestro hotel, tocamos a la puerta del que supuestamente era...gritamos, tocamos el claxon, pero jamas nos abrieron, luego de otras varias vueltas por las calles llegamos al único hotel que parecía abierto, salio un hombre despeinado, medio dormido y nos dio alojamiento, la habitación de paredes de piedra, tenia una cama enorme de colcha verde y almohadas deliciosas, los muebles, el piso y la puerta eran de madera, me gustaba como olia y aunque hacia demasiado frío, esa noche dormí delicioso.


Por la mañana, salimos de ese hotel par ir a donde habíamos reservado originalmente, el hotel, atendido por sus propietarios, que por mencionarlo eran extranjeros y amables, estaba lleno de fotos de películas donde uno de los actores, un tipo alto y barbón, te diste cuenta que era uno de los dueños, y pienso que probablemente grabando la película de La Mexicana, se enamoro de Real y ahí se quedo...Este hotel, que también era muy lindo, tenia una terraza con una vista hermosa de la iglesia y el pueblo, tenia 13 habitaciones que curiosa o supersticiosamente estaban numeradas de la 1 a la 14.


Salimos a almorzar, y empezamos el mini recorrido, fuimos al panteón, a la plaza de toros y a las dos iglesias en donde en una de ellas, el tipo que atendía estaba escuchando a Belinda, y vociferando "aquí nada esta bendito! " jajaja pienso que era el mismo que tocaba las campanas de la iglesia como loco a deshoras.


En fin, caminamos muy poco pero estábamos tan cansados que al regresar del panteón, llegamos a un baresito, donde las mesas en la terraza tenían una vista hacia los cerros, nos quedamos encantados con esa vista y con la tranquilidad que se sentía estar ahí... también nos quedamos con las ganas o la envidia de estar como los que supusimos eran los dueños, no puedo olvidar la imagen de los dos sentados frente a nosotros, en unas mecedoras de mimbre, ella quien nos daba la espalda, dibujaba en un cuaderno y el sentado de costado hacia nosotros platicaba y tomaban limonada, parecían tan plenos, tan tranquilos,tan felices. Tu y yo estábamos platicando, y en ocasiones solo compartiamos el silencio, escuchamos tres o cuatro veces las mismas canciones y nos fuimos.


De camino al hotel, nos topamos con un hippie que nos quería cambiar un collar que según el tenia piedras traídas de África, por un I pod, una cámara digital, o 2500 pesos!! eso es un robo...luego nos topamos con Sebastian? no recuerdo su nombre, el que nos seguía por todas partes ofreciéndonos un caballo.

Al fin llegamos y subimos a la terraza hasta que ya no soportamos el frío, esa noche había un evento en otro bar pero decidimos no ir, estábamos realmente cansados, bajamos a cenar, y subimos a la habitación y claro, no podía faltar la pelea tonta que a caracterizado a todos nuestros viajes ya no recuerdo por que fue, pero en mi chiflason te quite la cobija y apague la tele, para hacerte enojar, me ignoraste y me quede entrincada hasta que el sueño me venció, esa noche no dormí bien, soñe a una monja horrible y me desperté en la madrugada toda miedosa, me moví todo lo que pude para despertarte y tu como si nada, al fin te despertó también una pesadilla, esa del loco que nos perseguía con un tubo y un bote, platicamos un rato y por fin pude dormir.


Al despertar nos preparamos para regresar, el camino a Monterrey fue de 9 horas!! debiendo ser de a lo mucho 5, pero lo disfrute demasiado, primero llegamos al mirador donde no se miraba nada, solo los que venían de hacer sus necesidades en el monte, luego llegamos a comprar elotes antes de llegar al camino empedrado, llegando ahí, le tomaste foto al minero que suponíamos era un enfermo sexual, al final del camino empedrado llegamos con el que vendía fruta que estaba feliz y dominando el cuchillo, y pelando cocos rápidamente.

Al tomar la carretera, seguimos hablando de todo y de nada, y nos fuimos rancheando, llegamos al parador donde empezó a llover y pedimos deseos en la fuente, yo pedí que se te cumpla el tuyo, mas adelante paramos por hot dogs, y a 2 horas de llegar a Monterrey nos detuvimos a ver el sol meterse... no queríamos regresar.

Estoy sentada en el aeropuerto del DF esperando que mi vuelo salga, y me vino a la mente algo que escuche hoy por la mañana en el taxi, en el radio estaban mencionando entre ellos cuales eran sus cinco mejores momentos en la vida...y pensé en los mios, he tenido muchos, y no puedo resumirlos en solo cinco, pero hasta hoy todos nuestros viajes están entre esos momentos.