miércoles, 13 de mayo de 2009

Y pasado se hizo presente...

Y justo cuando todo iba mejor...CUANDO ya no te dedicaba mas de dos pensamientos al día, mi mejor amiga me envía un correo nostálgico de esos que solo se mandan a las 4 de la mañana, cuando el silencio aquieta la casa, y la soledad se divierte con tu nostalgia...y al comenzar a leer me quede pasmada y mi mente se fue, se fue tanto, que no me recupere y ahora soy yo la que de madrugada sin poder dormir me puse a recordar lo que no se olvida, aunque yo fingía que si.


Hay un poema que expresa muy bien lo que siento a veces, estos días sobretodo, Dime de José Luis Borges...y si alguien sabe como hacerlo...que me diga...porque mientras...hasta el nuevo reencuentro...no puedo morir ni vivir...no puedo esperar sin desesperar...y como alguien dijo un día, la paciencia se puede tener toda o ninguna, pero creo que es algo que se va gastando y es de muy lenta reposición...y la mía ahora está por los suelos. No sé, vuelvo a estar en desidia, vuelvo a desear morir y vivir a la vez, pero sobretodo sigo deseando ser feliz, ser inmensamente feliz...y sabéis lo que más deseo...unos días en Portofino...(alguien podrá entender el verdadero significado de este deseo...y algún día lo cumpliremos, no lo dudo...)...mentre io spero, caro mio...




Dime por favor donde no estás en qué lugar puedo no ser tu ausencia dónde puedo vivir sin recordarte, y dónde recordar, sin que me duela.

Dime por favor en que vacío, no está tu sombra llenando los centros; dónde mi soledad es ella misma, y no el sentir que tú te encuentras lejos.

Dime por favor por qué camino, podré yo caminar, sin ser tu huella; dónde podré correr no por buscarte, y dónde descansar de mi tristeza.

Dime por favor cuál es la noche, que no tiene el color de tu mirada; cuál es el sol, que tiene luz tan solo, y no la sensación de que me llamas.

Dime por favor donde hay un mar, que no susurre a mis oídos tus palabras.

Dime por favor en qué rincón, nadie podrá ver mi tristeza; dime cuál es el hueco de mi almohada, que no tiene apoyada tu cabeza.

Dime por favor cuál es la noche, en que vendrás, para velar tu sueño; que no puedo vivir, porque te extraño; y no puedo morir, porque te quiero.

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