Se murieron todas! no quedo ni una sola revoloteando en mi estomago. Malditas todas! Ninguna resistió...murieron. Ya sin mariposas, solo quede asqueada, nauseabunda, con el estomago vacío y vacío también el espacio donde se situaba el corazón y crecían irreverentes toda clase de emociones incontrolables, febriles, arrebatadas.
Ahora con la cabeza fría, el alma y el cuerpo, pienso y considero que quizás deba comenzar a preocuparme por la incertidumbre de si esta discapacidad emocional sera o no permanente.
Este sin sabor se me hace costumbre y este no sentir nada comienza a gustarme.
Han creado un monstruo.
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