viernes, 10 de abril de 2009

Ya se lo que tengo

De donde sacaste este listón?
Pues ahí lo tenia...
Es para la tiricia? jaja.- En Amaro, le ponían un listón rojo a los niños con Tiricia
Y que es eso?
Tristeza...Desgano...Decian, este niño tiene tiricia, ponle un listón rojo
mmm.- conteste

Y me quede...igual que como estaba, absorta en mis pensamientos, mirando el techo, con desanimo, pensé Tengo Tiricia, pero necesito envolverme en una manta roja hasta que me cure.

Luego busque en Internet, dudando de las sabias palabras de mi madre y he aquí un fragmento de un blog que encontré:

Si no se atiende la tiricia mata, solía decir mi bisabuela que distinguía a la perfección cada una de las formas de la tristeza. La tristeza que nutre, la que devora, la tristeza que arropa, la que desnuda. La tristeza del amor y la del desamor. La que se tiende en el vientre por las mañanas y la que nunca se queda quieta. Ni se espanta cuando advierte su propio temblor. La tiricia, si arremete sobre un espíritu débil, hiere, deja huecos por dentro, nos avienta a la tierra de nadie. Y en ocasiones mata, insistía mi bisabuela sin que le hicieran mucho caso. Solo yo solía mirar sus palabras de luz.

Hay quien dice que la tiricia es más cosa de niños y de mujeres. Un amigo médico me dijo que a su consultorio le llegaban decenas de casos de niños con tiricia, o al menos eso le decían a mi amigo las madres de las criaturas. El les preguntaba qué era eso de tiricia. El desgano doctor, la tristeza seguida del berrinche, la falta de fuerza en la voz y en la forma de mirar al sol, le decían.

También supe que cuando amamos de alguna manera espantamos la parte de la tiricia que causa pereza. Aunque nos quede la tristeza encima. Y la nostalgia.






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