martes, 2 de agosto de 2011

La princesa que queria creer en un cuento de hadas

Seis días después esa noche ya no desperté angustiada, no, la angustia se apodero por completo de mi y creo que no quería volver a despertar nunca. La alarma sonó como siempre a las 6:55 para recordarme que estoy viva y que tenia que levantarme a vivir.

De mala gana, de muy mala gana me puse en pie, por mi mente la imagen de unos ojos redondos muy negros por la poca luz que había me atravesaban el alma, quise decifrar que había atrás de ellos pero no tuve esa suerte, solo me dijo algunas palabras vanas: quedatelos te los regalo tu hermano y yo: pero yo te los regale, y cuando me di cuenta de ese dialogo sin sentido los tome y empecé mi letanía del dolor, esta vez sin nada en mi voz, era una conversacion hacia mi, me di cuenta que hablaba sola porque el como siempre no pudo decir una sola silaba, solo lo mire dos veces para evitar desmoronar la moral que con las terapias había logrado, pasaban por mi mente los patrones destructivos, que si el ego que si realmente quería a esa persona para el resto de mi vida y con un grito ahogado y silencioso contestaba que si, creo que hoy estoy mas confundida que antes, me debato entre lo psicológico y lo emocional, yo, una mujer altamente emocional, que cree en los cuentos de hadas por culpa de Disney, empecé un debate interno entre lo que soy y lo que debo ser, y sin lugar a dudas creo que empecé a perderme.

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