viernes, 23 de septiembre de 2011

Eres una putaaaaaaaa; me escribió.
Y me quede pasmada, por un momento no pensé ni sentí nada. Luego me dio coraje, coraje que no he podido sacar y creo que tendré que ir al puente atirantado a gritar a la nada: Putaaaaaa tu chingada madreeeeee!! a ver si con eso se me quita de la mente.

Como alguien puede asegurar y hasta decir que o quien eres sin conocerte, sin saber si efectivamente me paro en una esquina de noche a esperar clientes o en las tardes si la necesidad me lo exige, como puede alguien saberlo sin jamas haber cruzado una palabra conmigo?

Lo peor del caso o del insulto no merecido es que lo que descubrió la mujer ofendida en este caso (que no soy yo, ya que mas que ofenderme me desconcierta y por simple instinto me enoja) es la amistad que existe entre el y yo.

El, como decido llamarlo por no decir mi o su, porque no le pertenece a nadie mas que a el mismo, el y yo compartimos palabras, momentos, intimamos solo con letras y tal vez en el fondo de nuestros pensamientos, que podría perjudicar algo así? que podría romper que no este roto ya?

Debo confesar que fui muy ecuánime con "ella" porque me imagino como pudo sentirse, sin embargo debo confesar también que aunque prometí dejar a un lado la amistad con el. No puedo. No quiero. Y no lo creo necesario. Porque debería de hacerlo?? porque dejar vacíos sus vacíos y dejarme vacía de el? Solo para la tranquilidad de ella? tranquilidad superficial porque en el fondo lo sabe, sabe que jamas le pertenecerá como ella quiere y no por mi culpa que llegue mucho tiempo después, simplemente porque así son las cosas, cuando alguien no te llena, no hay nada que hacer. Y cuando el destino te da el privilegio de encontrar aunque sea en una isla lejana alguien con quien compartir, con quien soñar, con quien hablar como no lo haces con nadie mas, porque dejarlo ir.

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