Recorría las calles semi desiertas, otro año por terminar, la misma vida, se sentía jodidamente jodida. Había estado con el, había ido a trabajar, había visto a sus amigos, por la mañana abrazo a su madre. Había pensado en morir dos veces en el día. Que la hacia feliz? otra vez la misma interrogante y ese eterno vacío. Cuanto falta por vivir? Dejaba ropa tirada a su paso conforme avanzaba por la casa, dejaba pedazos de ella regados en la penumbra. Decidió no despintar sus ojos, eso podía esperar, pero lavo sus pies, no había nada peor que dormir con los pies sucios. Se acostó en la cama y supo que hoy era uno de esos días. Pasaba por su mente Benedetti, con tengo una soledad tan concurrida, que puedo organizarla como una procesión por colores, tamaños y promesas. Por época, por tacto y por sabor...luego lloro, una sola lágrima por su lagrimal derecho, el aguijón en el pecho indicaba dolor, dolor sin nombre.
El que no arriesga no gana, era su frase, ahora no quería arriesgar, tenia miedo, miedos, monstruos y no estaba dispuesta, no, el amor era solo para las películas de Disney.
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