domingo, 27 de mayo de 2012

Donde fui dejando la felicidad genuina, porque ahora se conforma de conseguir pequeños o grandes logros? Son las cuatro y treinta de la tarde del domingo, espero que el cumpla su promesa de llegar a las cinco, soy tan dramática con la vida que todo me causa tormento, incluso que a ultimas fechas me cambie los horarios de llegar por mi, hay días en los que mi otra yo se cansa de darle tanta importancia que me susurra constantemente mándalo a la chingada si no es lo que tu quieres, pero es que, no se lo que quiero...tal vez.


Cada día me siento mas perdida, mas asustada, porque sera que tengo tanto miedo? de que? me cansa vivir así, llena de temor y frágil, frágil como una hoja movida a los antojos del viento, insignificante.Quisiera ser otra, otra que sienta menos y que sepa darle el valor correspondiente a cada cosa. Estoy cansada, tan cansada de ser yo. Faltan quince minutos para que llegue y me corroe la desesperación de marcarle para saber si llegara o no. El dice que no tengo paciencia, yo se que no la tengo y eso me genera conflicto. Odio las filas, odio la espera, odio que las cosas no sucedan cuando yo quiero y eso es un berrinche infantil que aun no logro aplacar, se que el tiempo de la Dios es perfecto, sin embargo vivo como si no lo supiera, desesperada porque lleguen las cosas que aun no llegan como si de eso dependiera mi vida, mi felicidad, aun y aunque se que no es así, que debo encontrarla en mi... no se donde comenzar a buscar. Entonces es que empiezo a dejar mi felicidad en manos de otro, de otro que obviamente no se responsabilizara por ella, y me pierdo.


Hay días que me recuerdan tanto a otros, olores, sabores, sensaciones y canciones...y me llega la nostalgia para quedarse. 






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